Lanzada al mercado en 1962, la Impala es la máquina más emblemática de todas las que fabricó Montesa por su elegante diseño, brillante mecánica y óptimo rendimiento. Proyectada por Leopoldo Milà -y ganadora aquel mismo año del premio de diseño Delta de Oro ADI-FAD-, pronto se convirtió en uno de los mayores hitos de la industria motociclista catalana y española. Del modelo inicial (Impala Turismo) se derivaron una serie de variantes de tipo deportivo, económico, para uso fuera de carretera o directamente dirigidas a la exportación.

Sus características técnicas son similares a las de la mayoría de motos que por entonces se producían en el país. Lleva un motor monocilíndrico de 2 tiempos refrigerado por aire, de 175 cc de cubicaje y 10'5 CV de potencia. Es la primera Montesa en la que el motor y la caja de cambios forman un solo bloque. El chasis de tipo tubular moncuna va unido a una horquilla telescópica delantera y a un basculante con amortiguadores hidráulicos detrás. Pesa poco más de 90 kg y alcanza los 110 km/h.

Al éxito de la moto contribuyó la propaganda generada por la Operación Impala, una expedición a través de África en la que cinco viajeros –Oriol Regàs, Rafa Marsans, Tei Elizalde, Enric Vernis y Manuel Maristany- cruzaron todo el continente africano, desde Ciudad del Cabo hasta Túnez, en sólo tres meses, a bordo de tres ejemplares de preserie y un Land Rover de apoyo: en otal, 20.000 km. Pero lo que al principio parecía una quimera consiguió hacerse sin grandes problemas gracias a lo acertado de la máquina y de su configuración general.

La Impala se convirtió en base de casi toda la producción posterior de la marca. Participó en carreras de velocidad, resistencia, todo terreno y cross, pero la popularización del automóvil iniciada con el Seat 600 cambiaría el signo del mercado. Montesa se inclinó por las motos de montaña a finales de los setenta y el camino comercial de la Impala quedó detenido. Aún así sería reeditada en 1982 bajo el nombre de Impala 2 con apenas cambios. Hoy en día es una de las clásicas más apreciada por muchos aficionados, que siguen disfrutando -aún más si cabe- de su legendaria fiabilidad y su singular elegancia.

Con esta maqueta, Classic Motor Models rinde homenaje a la legendaria Montesa en el 50 aniversario de su creación, y lo hace por partida doble presentando las dos versiones más interesantes de esta moto: Impala 175 Sport de 1965 y 250 Sport de 1966. La primera de estas dos maquetas fue presentada a finales de 2011 en el Salón Auto Retro de Barcelona, en el propio stand del Moto Club Impala. La segunda llegaría al mercado pocos meses después. Ambas están disponibles en stock.

 

 

 

La Metralla marca un hito en la historia de Bultaco y en la del motociclismo de este país. Para muchos es la Bultaco por antonomasia (aunque no pocos opinen que tal condición corresponde a la Sherpa). En el momento de su aparición, a principios de los sesenta, supone una de las primeras máquinas de asfalto con ciertas connotaciones deportivas que puede permitirse el motorista español medio, un verdadero modelo “de turismo rápido”, como gusta de definirla su propio fabricante.

 

Avalada por el prestigio de Cemoto, firma que ha sabido forjarse una sólida reputación tras apenas tres o cuatro años de presencia en el mercado, eclipsa al resto de modelos de asfalto de la casa, que nunca va a fabricar otro tan rabiosamente cañero en toda su existencia, con dos salvedades: la mítica Montjuïc, que no rebasa la fase de prototipo, y la pequeña Streaker (aunque sólo en cilindradas de 74 y 125 cc) nacida en 1977, cuando el final de Bultaco estaba ya cerca.

“En la época de las Montesa Impala, las Ossa Sport y las Bultaco Metralla, España era el país que hacía las más espectaculares, estables y divertidas motos de carretera de la cilindrada 250. Muchos hemos lamentado la desaparición de estas motos ligeras, rápidas y deportivas”, escribió el periodista americano Denis Noyes en las páginas deMotociclismo, haciendo una elegíaca retrospectiva del modelo a principios de 1980.

 

Pionera indiscutible en el segmento es la Metralla, primum inter pares y casi siempre ganadora   en los duelos de esa trinidad motociclista. Su popularidad viene ratificada por unas cifras   elocuentes: casi 14.000 unidades vendidas durante las dos décadas que estuvo en producción,   de 1962 a 1982. Sólo la superan en veteranía en el catálogo la no menos legendaria Sherpa,   lanzada un par de años antes, y la discreta Mercurio.

A grandes rasgos distinguimos cuatro modelos básicos de la saga Metralla, cada uno de los   cuales sucede al precedente. Por orden cronólogico vienen a dividirse en dos grupos,   popularmente conocidos como el de las clásicas, que integran la 62 y la Mk2, y el de las   modernas, donde figuran la GT y la GTS. Derivada de la Tralla 101 –modelo con el que Bultaco   inicia su camino-, la 62 es la primera de la dinastía y eterna favorita en el corazón de muchos   bultaquistas. Por esta y otras razones, Classic Motor Models la ha elegido como el segundo   modelo que pone en producción, respondiendo así a la insistente demanda de los seguidores   de la marca catalana.

La Metralla 62 a escala 1:5 realizada por CMM se presentó en el último Salón Auto Retro, en   diciembre de 2012 de Barcelona, recibiendo una acogida muy favorable por parte de clientes y   seguidores. Con su estilizado depósito de combustible de color gris perla -cuya forma se inspira   en el de la Norton inglesa- la maqueta impresiona tanto como la moto a tamaño real.

Estéticamente muy parecida pero con el depósito de color negro, la Mk2 fue la Metralla más rápida, la que mereció más elogios por parte de la prensa de aquí y de fuera, la más producida y durante más tiempo, y de la que se derivó una versión de competición que llegaría a proclamarse campeona continental de resistencia. Y como no podía ser de otro modo, su recreación a escala 1:5 figura entre los planes a medio plazo de Classic Motor Models.