Después de la guerra, la gama comercial constaba de tres modelos: la Tiger 100 y la Speed Twin, y la más pequeña 3T, una turismo de 349 cc. En 1946, el irlandés Ernie Lyons ganó el Manx Grand Prix con una Tiger 100, batiendo a una legión de Nortons. Hacia el final de la década el diseño de las motos ya había evolucionado hasta incorporar los relojes al carenado del faro – un avance único en la época, e instantáneamente reconocible –, y se habían añadido dos modelos nuevos: la moto de trail Trophy, de 500 cc, y la Thunderbird, de gran cilindrada (¡649 cc!), construida para responder a la demanda norteamericana de más potencia.



Los años 50 fueron una época dorada para Triumph, aunque la década empezó con la venta de la empresa a sus competidores BSA. Aun así, Triumph continuó funcionando como empresa independiente, y en 1953 llegó una nueva generación de motos Triumph, abanderada por la OHV Terrier, de 149 cc. Un año más tarde apareció la Tiger Cub (199 cc) que resultó ser una moto extraordinariamente popular. Ese mismo año tuvo lugar la introducción de la Tiger 110, que era esencialmente una versión 'deportiva' de la bicilíndrica Thunderbird de 649 cc., con un basculante para la suspensión trasera y un freno delantero más potente.

Dos años después, Johnny Allen estableció un nuevo récord mundial de velocidad en motocicleta (214,5 mph / 345 Km/h) con una Bonneville Salt Flats aerodinámica y un motor Triumph de 649 cc. El récord no fue admitido oficialmente por supuestos problemas con el instrumental cronometraje, pero la moto inspiró una de las creaciones más famosas de Triumph en todos los tiempos...