Nos pusimos manos a la obra y partimos hacia la playa de Salobreña, pasando por La guardia, La Caleta, donde disfrutamos un ratito de la brisa marina en el Lavadero, junto al mar, y con la imponente imagen de la fabrica de azúcar al fondo. Seguimos con nuestro recorrido por la vega, hasta llegar a Lobres, para proseguir hasta Playa Granada, pasar por el Puerto de Motril y finalmente llegar a nuestro encuentro con el Club Antaño de Motril.
Una gran concentración de motos y coches nos aguardaban para compartir aficiones. Piezas únicas dignas de ver, cuidadas y mimadas hasta el más mínimo detalle. Desde allí, nos pusimos conjuntamente en marcha, hacia la Playa de Poniente de Motril , donde el club Antaño nos había preparado a un almuerzo, que dada la hora que era, se agradecía. A continuación, se unían con nosotros el Club de motos Clásicas de Almería, que tras tres horas de recorrido por carreteras secundarias llegaban al fin. La verdad que el club de Almería, no deja indiferente a nadie, un montón de bellezones bien cuidadas los avalan.
Tras un buen rato, compartiendo experiencias, mirando, observando y recreándonos en esas obras de arte sobre ruedas y con sabor añejo, volvíamos de nuevo a Motril, donde una buena comida, nos aguardaba en un conocido restaurante de la localidad. Tras la comida, se repartieron trofeos, y sorpresa, nuestro club ha sido uno de los galardonados. Comenzamos a recoger los frutos de nuestra dedicación, cosa que les agradecemos al Club Antaño de Motril.